En el primer audio sobre corrupción judicial publicado por
IDL Reporteros, Walter Ríos, presidente de la Corte Superior del Callao, le
anunció a su esposa, Maritza Sánchez, que propiciaría la designación de Orlando
Velásquez como máxima autoridad del Consejo Nacional de la Magistratura. El CNM
decide el destino de jueces y fiscales de todo tamaño. El motivo íntimo de su
intervención, añadió Ríos, era que Velásquez lo apoyaría en una elección que se
convocaría el año próximo, 2019. Aludía a un concurso para nombrar vocales de la
Corte Suprema. Conclusión: Ríos estaba convencido de ganarlo si el consejero
Velásquez dirigía el CNM.
Vivos y muertos En el mismo diálogo, Ríos
dice que su intermediario era José Luis Cavassa, “brother” del presidente del
CNM, Guido Águila, y del consejero Julio Gutiérrez. El audio cierra un círculo.
Confirma que Águila tiene un vínculo estrecho con Cavassa, operador principal de
José Luna, dueño de la universidad Telesup y de Podemos Perú. Este partido fue
inscrito irregularmente ante la ONPE, según denuncias materia de investigación.
El audio, además, robustece la hipótesis de que Águila y Cavassa amañaron el
proceso de selección del jefe de la ONPE en favor de alguien controlable: Adolfo
Castillo. Lo cual ya se presumía por las acusaciones emergidas de la ONPE en las
semanas anteriores. Ahora se llega al mismo punto partiendo de los audios.
Tras la renuncia de Guido Águila, en el CNM aún se mantienen
con vida seis de los siete miembros (los salientes tienen accesitarios), pero
dos están al borde de la destitución: Iván Noguera y Julio Gutiérrez. Ambos,
encausados por el propio Consejo, ejercieron su mandato en alianza con Águila.
Queda en funciones, aunque inestable, el presidente, Orlando Velásquez. Hay
audios que lo comprometen con maniobras ilegales. Otros vivientes son tres
consejeros que hicieron mayoría con él a comienzos del 2018: el antropólogo
Hebert Marcelo, y dos provenientes del Ministerio Público y el Poder Judicial:
la fiscal Maritza Aragón y el juez Baltazar Morales. Cuando el CNM estaba
completo estos siete personajes no mostraron un frente común. Ejercieron entre
recelos y zancadillas, sobre todo en el último año. No por nada personal.
Demasiado inepto Guido Águila, proveniente
de los colegios de abogados, elegido presidente en 2016, no solo fue puntero
político de Podemos Perú. También era funcional al fujimorismo, a través del
congresista Héctor Becerril. Ambos han compartido asesores, el CNM nombró
funcionaria a la esposa del congresista –Águila tenía una bien engrasada máquina
de contrataciones “por concurso”– y Becerril terminó abriendo sus cartas. Según
narró IDL Reporteros, en 2017 trató de convencer al consejero Baltazar Morales
para que apoyara al candidato de Fuerza Popular a la presidencia del CNM, Julio
Gutiérrez. Guido Águila los reunió en su casa. Ha trascendido que Morales se
negó, arguyendo que Gutiérrez era demasiado inepto.
Antes de despedirse, Becerril le dijo a Morales que el
fujimorismo no tenía nada que ver con la investigación que en su contra se le
había abierto en el Congreso. Eran los apristas, añadió (según una fuente
cercana a Morales). A poco de llegar al CNM Morales había nombrado asistente al
enamorado de su hija, un acto que sin ser ilegal es objetable éticamente. En su
descargo el consejero dijo que su expulsión buscaba que accediera al CNM su
accesitaria, la ex ministra de Justicia María Zavala, vinculada al APRA.
Morales, por otra parte, había realizado la investigación causante de que la
OCMA pidiera al CNM la destitución del juez Ángel Romero, un ex militante
aprista. Romero fue cesado, después rehabilitado, y ahora se le vocea como el
próximo presidente de la Corte Suprema. El proceso contra Morales continúa
abierto en el Congreso. Es un hecho que no usó su encuentro con Becerril para
blindarse de una posible acusación.
Votos imposibles Volviendo al 2017, el
rival de Julio Gutiérrez era el antropólogo Orlando Velásquez. Ex Rector de la
Universidad de Trujillo, amigo de apristas, fujimoristas e izquierdistas,
contaba con la adhesión incondicional del consejero Hebert Marcelo, también
antropólogo y procedente de Trujillo como él. Sumaba el voto de la fiscal
Maritza Aragón, mas no el del juez Baltazar Morales, que tampoco apoyaba, como
quedó dicho, al candidato de Becerril. Julio Gutiérrez, un administrador que
llegó al CNM representando a los colegios no abogadiles, era promovido por Guido
Águila y el extravagante Iván Noguera, salido de las universidades privadas. A
comienzos del 2017, Águila, Gutiérrez y Noguera, los tres puntales de José Luna
en el CNM, aún no contaban con los cinco votos necesarios para tener presidente
propio. El cargo es ejecutivo: define comisiones, nombramientos administrativos,
agendas. Luego de varias votaciones infructuosas, Noguera propuso:
–Que conversen los candidatos.
Velásquez y Gutiérrez tuvieron una reunión, al cabo de la cual
hicieron un anuncio sorprendente: ambos declinaban y apoyaban la reelección de
Águila. Así fue que hubo reelección. Pero el año 2018 se presentó el mismo
entrampamiento para elegir presidente. El Trío Telesup, que ya había conseguido
nombrar a Adolfo Castillo en la ONPE, postulaba nuevamente a Gutiérrez. Y
Velásquez volvía a candidatear con cuatro votos a su favor, pues en esta ocasión
lo apoyaba Baltazar Morales. Después de varias votaciones sin resultado, otra
vez Águila hizo el llamado para conversar a los candidatos. Lo hicieron. Cuando
Orlando Velásquez regresó para informar con su facción, les anunció que el otro
grupo aceptaba nombrarlo presidente pero con cuatro condiciones.
¿Si no cumplimos? La primera era que Guido
Águila fuera el vocero oficial del CNM. La segunda, que el presidente no fuera
Baltazar Morales sino el colega y amigo de Velásquez, Hebert Marcelo. Tercera:
que no se removiera al Director General, Abel Santibáñez, ni a ningún
funcionario nombrado por la gestión anterior. La última condición era que las
comisiones de Nombramientos, Ratificaciones y Procesos Disciplinarios fueran
ejercidas por Águila, Gutiérrez y Noguera. Mientras explicaba las ofertas,
Velásquez, que en principio parecía dispuesto a aceptar, veía cabezas que se
movían negativamente. Los consejeros que lo apoyaban dijeron que se convertiría
en un presidente títere y ellos en simples comparsas. En esas estaban cuando
alguien dijo:
–¿Y si aceptamos el acuerdo y después no lo cumplimos?
Velásquez se quedó de una pieza. Se opuso, pero solo
inicialmente. En el curso de la discusión se convenció de una de dos ideas: o el
pacto de caballeros que le habían propuesto no le convenía, o de ninguna manera
el sector que lo apoyaba iba a cumplirlo. A fin de cuentas daba igual. Él quería
ser presidente.
¿Y los nombramientos? Fue a buscar al otro
grupo y le dijo que la propuesta estaba aceptada. Hubo una suerte de beneplácito
general. Se había salvado la imagen de unidad institucional, se comentaba.
Alguien felicitó a Gutiérrez por su desprendimiento. Fueron a votación, y
Orlando Velásquez fue elegido por unanimidad.
Cuando llegó el turno para votar vicepresidente, cuya elección
también necesita cinco votos, Iván Noguera propuso a Hebert Marcelo, como estaba
acordado. Maritza Aragón propuso a Baltazar Morales. Se produjo un silencio
embarazoso que lo rompió Marcelo: “Declino por el doctor Morales”, anunció. El
Trío Telesup descubrió que había sido engañado. Iván Noguera protestó, algo
desencajado. De todos modos hubo votación, pero dio 4-3. Era 21 de febrero. Ese
pleno del CNM nunca pudo nombrar vicepresidente.
El cuarteto pudo, sin embargo, remover al Director General y
tomar las comisiones. Desde febrero hasta julio ha habido decenas de
nombramientos, y de momento es imposible determinar cuáles proceden de una
concertación fraudulenta. El caso de Adolfo Castillo es uno entre muchos. La
elección dolosa de altos funcionarios hace más complejo el problema de la
corrupción denunciada en los últimos días. No solo es cuestión de reformar el
Poder Judicial y el CNM, y de sancionar a los magistrados implicados. Es
necesario anular procesos irregulares. El camino más directo podría ser a través
de las investigaciones que haga el Ministerio Público a los miembros del CNM que
perdieron protección de su fuero.