¡Cuidado con el populismo y el mercantilismo! - Por JUAN CARLOS VALDIVIA - EL MONTONERO
¡Cuidado con el populismo y el
mercantilismo!
En el Ejecutivo y el Legislativo, amenazan el futuro
Hay un desorden en materia económica que es
difícil ocultar. Y es el propio presidente del Consejo de Ministros, don César
Villanueva, quien ha mostrado sus habilidades para siempre generar confusión.
Tiene, al parecer, una aspiración oculta de ser ministro de Economía. Ya en su
primer intento como premier, durante el humalismo, tuvo un choque con el
entonces ministro de Economía. Hoy vuelve a acometer el desatino de corregir
públicamente a David Tuesta, lo que da argumentos a los parlamentarios para
oponerse al pedido de delegación de facultades solicitado por el
Ejecutivo.
Pero lo que sucede en el Ejecutivo es poco
cuando miramos al Congreso, donde los congresistas de Fuerza Popular, la
bancada mayoritaria, aparecen gestionando intereses particulares. Uno, abogado
de cooperativas, evitando que estas estén sujetas a supervisión. Y otro que,
de gerente municipal. se ha convertido en experto en temas regulatorios de
electricidad, con propuestas que buscan ayudar a empresas que no han podido
enfrentar el mercado con eficiencia. El mercantilismo en su máxima
expresión.
El problema real es que la economía está en
problemas, como lo ha explicado el ministro Tuesta. Y se requiere de
correctivos para no profundizar las complicaciones. Y entonces aparecen el
premier Villanueva y sus devaneos populistas; y a su lado la bancada de Fuerza
Popular, con su borrachera mercantilista, dando señales de que la crisis
económica puede agudizarse, mientras ellos siguen en su tarea de defender
intereses particulares.
El populismo y el mercantilismo son las
peores taras de las que puede sufrir una democracia. Ambas son un paso previo
para la corrupción. Privilegian intereses subalternos antes que el bien común.
Y lo esconden tras argumentos falaces que disfrazan de interés
común.
Lo que viene sucediendo es altamente
preocupante. El Gobierno de Vizcarra ha cumplido dos meses, y si bien lo
primero que ha producido es la interesante solicitud de delegación de
facultades, ya había dado señales de cuestionables concesiones al populismo. Y
ver al keikismo actuar en defensa de negocios particulares nos anuncia una
conspiración de muy alto riesgo: el populismo del Ejecutivo y el mercantilismo
de Fuerza Popular.
Cuando el nuevo ambiente político parecía
mostrar una oportunidad para producir reformas de fondo, los pícaros de siempre
no tardaron en aparecer para aprovechar ese ambiente de conciliación en su
favor, o en favor de unos cuantos negocios privados. Estamos
advertidos.