¿Y QUÉ DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD? por Luis Hernández Patiño
¿Y QUÉ DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD?
Por: Luis Hernández Patiño
De un buen tiempo a esta parte, para nadie es un secreto que nuestro
estado ha venido distrayendo grandes cantidades de recursos públicos para
auspiciar consultorías, asesorías, campañas de imagen relacionadas con el
enfoque de género, que de cualquier forma se ha pretendido imponer en la
currícula educativa de nuestra nación.Pero, parece que ahí no queda la cosa, porque por
lo que ahora se conoce, resulta que los recursos públicos también son
utilizados para solucionar el problema de empleo de algunos que tienen
históricos vínculos terroristas.
Entonces cabe preguntarnos: ¿Es que en nuestro país no hay sectores
sociales que enfrentan problemas álgidos que requieren ser atendidos en forma
efectiva y eficiente? Y ante lo obvio de la respuesta (que sí) la conducta de nuestro estado
resulta indignante por decir lo menos.No
es justo que, en un país como el nuestro, se distraigan los recursos de todos
los peruanos, para satisfacer los engreimientos y caprichos ideológicos de unos
cuantos privilegiados.
Uno de aquellos sectores sociales, cuya problemática requiere de una
atención adecuada y de recursos para poder ser enfrentada en un modo efectivo,
es el de las personas con discapacidad.En dicho sector hay un nefasto círculo vicioso, es
decir: a más discapacidad más pobreza, y a más pobreza más
discapacidad.El llamado a romper con ese círculo debería ser
nuestro estado, pero eso no se da, pese a que las personas con discapacidad
contamos a nuestro favor con todo un marco jurídico, tanto internacional como
nacional, que tiene rango constitucional, y que jamás se impuso a las naciones
mediante algún poderoso lobby de carácter financiero, ni tiene un espíritu
totalitario.
Todo el mundo saluda la convención de nuestros derechos, el tratado tal
o cual, la ley 29973, su respectivo reglamento, etc.¿Pero quién respeta, cumple y hace que estos
instrumentos se cumplan?¿Qué pasa con los funcionarios
públicos que se ocupan del tema de las personas con discapacidad?¿Dónde está el estado en este caso?
No puede ser que las personas con discapacidad no recibamos la atención
que necesitamos, y que los políticos solo se acuerden de nosotros cuando llegan
las elecciones.En tiempos de campaña escuchamos aquello de: “¡Viva la
inclusión!”.“¡Todos somos
hermanos!”.Pero ¿y después qué?
Sin embargo, en cuanto a este tema
no pretendo quedarme tan solo en el reclamo.Creo que, sobre la magnitud
de la problemática de las personas con discapacidad, debemos dar una
información adecuada y orientadora a los miembros de nuestra sociedad para que
haya una real toma de conciencia al respecto.En tal sentido, me permito hacer una breve
aproximación a nuestra realidad, recurriendo a algunos datos estadísticos,
tomando
como línea de partida o base referencial la ENEDIS (encuesta nacional
especializada en discapacidad). Para
el año 2012, el sector de las personas que aquí nos ocupan representaba el 5.2
por ciento de la población peruana.Es decir que, de un
universo de 32 millones de habitantes, la población de personas con
discapacidad llegaba a 1.575402.Haciendo una proyección, a
partir de dichas cifras, en el 2018 podríamos estar hablando de una población
de 1.654000 personas con discapacidad.
En lo referente a la población económicamente
activa del sector, la ENEDIS indicaba que esta llegaba al 21.7 por ciento, lo
cual representaba alrededor de 316.000 personas, de las cuales el número de
empleados llegaría al rededor de 277.000.En esa misma PEA, los desocupados sumaban el
12 por ciento, cifra que representaba el doble de lo que se da en la PEA de
personas que no tienen una discapacidad y cuyo nivel de desocupación no va más
allá del 6 por ciento.
La obtención de un empleo, en general, pasa
por el requisito de contar con un cierto nivel de formación, y ello también se
da en el sector de las personas con discapacidad.Sin embargo, en terrenos fundamentales como el
de la educación, por ejemplo, dichas personas no cuentan con un apoyo
eficiente. La falta de formación hace que la posibilidad de competir en el
mercado laboral, por un puesto, se torne en más
complicada.
Las personas con discapacidad no siempre han
tenido la oportunidad de recibir una educación con calidad. Según la ENEDIS, el 40.5
porciento tiene estudios primarios.Los que cuentan con
estudios secundarios llegan al 23 por ciento.Los que han seguido
estudios superiores (en universidades, escuelas o institutos) representan un
11.4 porciento, y hay un 23.5 porciento que no tiene ningún tipo de
formación.
Las personas con discapacidad no
tenemos por qué seguir en la situación en la que nos encontramos, mientras que
nuestros recursos públicos son utilizados para otros fines totalmente ajenos
(y podríamos decir contrarios) a la naturaleza del bien común.No merecemos permanecer al
margen de la posibilidad de acceder al desarrollo en campos como el económico,
el social, el cultural.No queremos que el estado nos mantenga;
queremos que este cumpla con sus funciones y nos ayude a encontrar la
oportunidad de laborar y mantenernos por nosotros mismos.¡No nos regalen el
pescado!¡Nosotros sí tenemos la capacidad de
pescar!