La paz subsidiada - Por Juan Carlos Valdivia - EL MONTONERO
La paz subsidiada
Estado sigue regalando subsidios para evitar reclamo
Se ha cumplido un mes desde que Martín
Vizcarra asumió la Presidencia de la República. Ha tenido la cumbre con los
presidentes de América y luego la reunión con los gobernadores regionales
peruanos. Ha nombrado a sus ministros y anda tratando de completar su equipo en
Palacio de Gobierno. Es claro que el partido Peruanos por el Kambio ya no es
tomado en cuenta para estos efectos, tanto así que el premier Villanueva no
puede afirmar que sea el partido de Gobierno.
Tenemos un presidente sin partido, ni
partidarios. Le ha dicho Vizcarra a CNN que el “espíritu de sobrevivencia”
tendrá bajo control a la mayoría parlamentaria. Es en este equilibrio basado en
la psicología —y no en cuotas de poder— que el Presidente aspira a completar el
periodo constitucional hasta el 28 de julio del 2021.
Quizás por eso, el principal aporte en este
primer mes es la tranquilidad. El ambiente de paz entre Ejecutivo y Legislativo
es lo más notorio en estos días. Son los congresistas keikistas los principales
defensores del gabinete Villanueva, y en general entre los políticos hay
expectativa y paciencia. Lo que no debe convertir esto en una política de
Estado. En el Gobierno hay que tomar decisiones y enfrentar los problemas. Si
todo será evitar conflictos, entonces solo se retrocederá y no se
avanzará.
Por ejemplo, lo sucedido en Moquegua con las
tarifas de agua potable para la ciudad es inaceptable. La empresa de agua está
intervenida hace años por el OTASS. Dentro de un proceso de mejora de los
servicios y mantenimiento de la infraestructura, el organismo regulador, Sunass,
aprobó un Estudio Tarifario en diciembre pasado. De acuerdo con OTASS —que era
presidido por Edmer Trujillo, hoy ministro de Transportes y Comunicaciones, y
conocedor a profundidad de los problemas de saneamiento de esa ciudad— se acordó
que dichas tarifas entrarían en vigencia en marzo del 2018.
Frente al alza de 20% se organizan dos
frentes de defensa que no lograron apoyo mayoritario, a pesar de sus reiterados
intentos. Aquí entran en la foto el congresista Vicente Zeballos y el recién
estrenado presidente de la República, para impedir el incremento. El Ejecutivo
decide entonces, para no quebrar el esquema de inversiones aprobado, subsidiar a
la empresa moqueguana y posponer el incremento tarifario. Es decir, en lugar de
que sean los consumidores de Moquegua quienes paguen las mejoras en su servicio,
lo seremos todos los peruanos con nuestros impuestos ¿Todos tranquilos? En
Moquegua quizás, y el Presidente contento porque no se enfrentó con sus
paisanos, pero a costa del presupuesto público.
Ese es el peligro de un Ejecutivo que
prioriza ser popular, para lo cual la correcta gestión pública puede ser un
obstáculo. Si el Estado sigue regalando subsidios para evitar reclamos, el
presupuesto no alcanzará, como lo ha señalado el ministro de Economía. Estamos
advertidos.