Charles Lazarus tenía pasión por los juguetes. Los conocía como pocos. Pero
su mirada se encendía cuando veía a los niños jugar con ellos. El fundador de la
cadena Toy´s “R” Us falleció este jueves a los 94 años de edad. Su muerte se
conoce justo una semana después de que la compañía anunciara a los empleados el
cierre de todas las tiendas que opera en Estados Unidos porque el negocio no se
sostiene en la economía digital.
“Ha habido muchos momentos tristes durante las últimas semanas”, indicaba la
compañía en la nota del anuncio, “pero ninguno tan emotivo como la muerte de
nuestro querido fundador”. Lazarus creó la cadena hace 70 años, al regresar de
la Segunda Guerra Mundial, con la idea de convertirla en un gran supermercado de
juguetes aprovechando el tirón del baby boom. Tenía 25 años de edad cuando abrió
Children´s Bargain Town.
Pensó que era un buen momento para abrir un negocio así porque veía que sus
amigos y en su entorno querían tener hijos. Empezó vendiendo carritos, cunas y
otros artículos que pudieran ayudar a crecer a las familias, y poco a poco fue
incorporando juguetes en las estanterías. Su instinto le llevó a abrir en 1957
la primera tienda de Toy´s "R" Us. Le puso la letra R mirando hacia la
izquierdas para similar la escritura de un niño.
La marca se convirtió así en un icono para varias generaciones de
estadounidense. La compañía empezó a cotizar en 1978 y Lazarus estuvo de
consejero delegado hasta 1994. Toy´s “R” Us fue adquirida por los fondos de
inversión KKR y Bain Capital en 2005 junto a la inmobiliaria Vornado. La elevada
deuda, la mala gestión, la irrupción de Internet y los cambios de tendencias la
atraparon en una espiral de la que no pudo salir.
Lazarus visitó el año pasado la sede de la compañía en Nueva jersey para
tratar de transmitir su pasión y su energía a los empleados en un momento de
gran dificultad. “Le estaremos siempre agradecidos”, se puede leer en la nota de
prensa de despedida de Toy´s "R" Us. Ahora, la sociedad que ayudó a construir,
está en medio de un proceso de liquidación que dejará en la calle a 33.000
empleados si alguien no sale antes al rescate.