La ingente fortuna de Jeff Bezos crece a un ritmo desorbitante. Es de lejos
la persona más rica del mundo, con un patrimonio que superaba los 130.000
millones de dólares (unos 105.000 millones de euros) tras el último toque de
campana en Wall Street. Pero detrás del éxito del que para muchos es el
empresario más importante de la era moderna hay una mujer, MacKenzie Bezos. Sin
ella no se entiende el origen del negocio que revolucionó la forma de
consumir.
Fue en un viaje que hizo en coche junto a su esposa, camino de Seattle,
cuando Bezos ideó el plan negocio de Amazon, gigante del comercio electrónico.
McKenzie vio como Jeff empezaba de la nada. “¿Qué puede haber mejor que eso?”,
comentaba en una reciente entrevista con la cadena de televisión CBS. La
novelista es conocida por tener un perfil social bajo y una vida tan normal que
es anormal.
Los Bezos forman un poderoso tándem. Y pese a ello, la fortuna no es una
excusa para que el empresario deje de fregar los platos. Lo hace cada noche
cuando cena en casa. “Estoy convencido de que es lo más sexi que hago”, bromeaba
en una entrevista con Business Insider. La leyenda cuenta que su escritorio en
Amazon es el que se montó con una puerta y cuatro patas, para no olvidar de
donde viene.
Cuando Bezos conoció a la que ahora es su mujer ella se apellidaba Tuttle.
Fue en 1992, en Nueva York. Los dos trabajaban para el fondo de inversión De
Shaw. Jeff llegó a tener el cargo de vicepresidente en la influyente gestora. Y
fue el primero que la entrevistó para contratarla en la firma, aunque fue ella
la que dio el paso y le pidió almorzar juntos. El jefe no lo dudó.
Bezos supo desde el primer momento que quería pasar el resto de su vida con
ella: “MacKenzie es el tipo de persona que tiene recursos para salir de
situaciones adversas”. “Es lista, inteligente y sexy”, comentó en una entrevista
con Vogue, antes de bromear diciendo que además tuvo la suerte de ver su perfil
profesional “antes de conocerla”. Ella cuenta que se enamoró de su risa.
A los seis meses de ese almuerzo, se casaron e hicieron las maletas para
embarcarse, solo un año después del enlace, en la utópica aventura empresarial
de la que nació Amazon. A MacKenzie le convenció la pasión con la que hablaba
Jeff del proyecto. Y ella fue una de las primeras empleadas: llevaba las cuentas
cuando en el almacén aprendían cosas tan obvias como que era más fácil embalar
las cajas sobre una mesa que de rodillas.
Los primeros cinco años fueron difíciles. Vivían entonces en una casa
alquilada de una habitación. Ahora, la pareja tiene en propiedad una mansión en
Seattle, a las que se suman cinco residencias más en Los Ángeles, Washington,
Texas y Nueva York. El matrimonio tiene cuatro hijos, ahora adolescentes, tres
niños y una niña adoptada china. MacKenzie los llevaba al colegio en un coche
Honda Accord.
Por poner su fortuna en contexto, Bill y Melinda Gates manejan 93.100
millones de dólares (75.000 millones de euros), según el cálculo actualizado de
Bloomberg; unos 40.000 millones de dólares menos que los Bezos. Son sus vecinos
en Seattle. Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, y su mujer Priscila Chan
tienen un patrimonio de 74.500 millones de dólares (60.000 millones de euros).
Además de Amazon, Jeff Bezos es propietario de la compañía espacial Blue Origin
y del grupo de medios que edita The Washington Post.
Jeff Bezos trata de pasar el mayor tiempo posible con su familia, hasta el
punto de que evita fijar reuniones de trabajo a primera hora de la mañana para
poder desayunar con sus hijos. Y aunque admiten que sus personalidades son muy
diferentes —él es muy social y ella muy reservada—, se complementan y
compenetran.
Las fotos de la pareja están contadas. Una data de hace cinco años, cuando
patrocinó la gala del MET en Nueva York. Los Bezos también son asistentes
habituales a la conferencia de grandes ejecutivos de medios en Sun Valley
(Ohio). Se les ha visto juntos en las entregas de premios recientes como los
Globos de Oro o los Oscar. Y posaron con sus hijos en la alfombra roja en el
estreno de Star Trek Beyond.
Jeff y MacKenzie Bezos estudiaron en la Universidad de Princeton. Él se
graduó en ingeniería eléctrica y ciencias de la computación, ella en filología
inglesa tres años después. MacKenzie, que tuvo como profesora a la escritora
Toni Morrison, tiene publicadas dos novelas, The Testing of Luther Albrigth y
Traps. Cuando tiene que escribir, se recluye en un pequeño apartamento hasta que
los hijos vuelven a casa.
Pero a diferencia de los Gates, los Zuckerberg y otras grandes fortunas, los
Bezos no son reservados en el ámbito de la filantropía. Las mayores donaciones
las destinan a la fundación familiar, que gestionan sus padres. Bezos también
destina fondos a la investigación de tratamientos contra el cáncer, la
neurociencia y apoyó campañas para la legalización del matrimonio del mismo
sexo. MacKenzie es fundadora de Bystander Revolution, una organización contra el
bullying.