BCE eleva proyecciones económicas pero mantiene promesa de seguir aportando estímulos
El Banco Central Europeo (BCE) elevó el jueves sus proyecciones de inflación
y crecimiento de la zona euro, pero mantuvo su compromiso de proveer estímulos a
la economía siempre que sea necesario, ya que estima que el índice de alzas de
precios seguirá por debajo de la meta oficial hasta el 2020.
El BCE mantuvo estables sus tasa de interés y se apegó al mensaje sobre sus
previsiones para el año que viene, a pesar de las presiones de algunos
funcionarios del organismo para que admita explícitamente la fortaleza de la
recuperación de la zona euro y siga los pasos del ajuste monetario de la Reserva
Federal de Estados Unidos.
El euro se apreció a máximos del día de 1,186 dólares, después de que el BCE
elevó sus previsiones de crecimiento para este año y hasta el 2019. La
inflación, sin embargo, quedaría en apenas un 1,7 por ciento en 2020, por debajo
del objetivo oficial cercano al 2 por ciento, a pesar de una modesta alza en sus
expectativas de alzas de precios.
“En conclusión, la revisión de las proyecciones macroeconómicas va en la
dirección correcta”, dijo el presidente del BCE, Mario Draghi, en una
conferencia de prensa, y destacó que el débil aumento de los salarios sugería
que aún se requiere un “amplio” grado de estímulos económicos.
De modo que aunque las previsiones de inflación y crecimiento mejoraron, en
grandes márgenes en algunos casos, el BCE no discutió cambios en su postura de
política monetaria ni en la orientación que sirve para anclar las
expectativas.
OPTIMISMO Draghi añadió que de todas formas estaba más confiado que hace
dos meses atrás en que el BCE podrá alcanzar su meta de inflación y dijo que no
veía efectos negativos a partir de la senda de ajustes de la Fed, que el
miércoles subió su tasa de interés de referencia.
Seis semanas después de anunciar un fuerte recorte de sus compras de activos
a partir de enero, el BCE reiteró su compromiso de continuar con el esquema al
menos hasta fines de septiembre y de seguir reinvirtiendo los ingresos por los
pagos de deuda hasta mucho después, a fin de seguir apoyando el repunte de
actividad económica y de la inflación.
Al enfrentar por cinco años una inflación anémica, el BCE desplegó todo su
arsenal de herramientas de política monetaria, al recortar las tasas hasta
terreno negativo, ofrecer a los bancos préstamos baratos y adquirir bonos con un
programa sin precedentes de 2,55 billones de euros (3 billones de dólares), con
la esperanza de impulsar el crecimiento y activar el índice de precios al
consumidor.
Los esfuerzos rindieron resultados, ya que ahora la recuperación de la zona
euro llegó a su quinto año gracias a la creación de nueve millones de empleos
nuevos, lo que ha permitido a los funcionarios empezar a recortar los estímulos
a partir del próximo año y evaluar la posibilidad de un eventual fin del enorme
programa de compras de bonos.
Y la actividad económica se ha mostrado más robusto de lo que muchos
esperaban.
El índice de gerentes de compras (PMI) de la zona euro subió este año a
máximos de siete años, según datos publicados el jueves, mientras que el
Instituto Ifo develó una previsión sorpresivamente optimista sobre el
crecimiento de Alemania el próximo año.