Tarifas eléctricas se incrementarán en 100% en 2021, por César Gutiérrez
Inacción gubernamental nos llevará al tarifazo del
bicentenario
Por César Gutiérrez
Hacer el pronóstico que el precio de electricidad a nivel de
productor se duplicará en el 2021 parecerá una profecía tremendista,
lamentablemente no lo es. La inacción del Ministerio de Energía y Minas (MEM)
durante este gobierno, nos está conduciendo inexorablemente a esta escabrosa
realidad.
Todo parte de la monserga interesada, de la existencia de una
sobreoferta de generación, que escamotea una realidad, que dentro de la
capacidad de producción, tendremos al año 2020, fecha en la que todas las
centrales en construcción estarán listas para operar; un 25% de unidades que
solo podrán trabajar a petróleo diésel, hasta que el Gasoducto Sur Peruano (GSP)
empiece a transportar gas natural (GN), lo que no ocurrirá hasta el 2023 por lo
menos.
A nombre de este tendencioso manejo de la información,
aprovechándose de una situación de excedencia que durará solo hasta el
2020, que ha generado una guerra de precios en el mercado spot; el MEM se
ha creído el cuento de la sobreoferta y no muestra señal alguna de iniciar un
proceso de competencia que conlleve a contar con producción de energía de bajo
costo para el período 2020-2023.
LETANÍA DE CARENCIA DE PRODUCCIÓN DE BAJO COSTO QUE NO
QUIERE SER ESCUCHADA.
Se ha repetido hasta el cansancio, que aun con la tasa de
crecimiento corregida a la baja en setiembre de este año, es el noveno ajuste
del 2017; elaborado por el Comité de Operación Económica del Sistema (COES)
tendremos una tasa promedio de incremento de demanda 4% anual, para los próximos
7 años. Así en el 2020 se requerirá generar a diésel no menos de 86 Megavatios
(MW), 274 MW en el 2021 y 713 MW en el 2022. Cantidades significativas, que para
ser suplidas se necesita el inicio de construcción de centrales por lo menos con
3 años de anticipación al requerimiento. De hecho ya estamos fuera de fecha.
La gravedad del tema, es que ya hemos tocado fondo en el
pronóstico de la demanda y las cifras exhibidas son bastante realistas y recogen
tasas de crecimiento del PBI del orden del 2.8% para este año y del 4.2%
anual a partir del 2018.
EL TARIFAZO DEL BICENTENARIO.
La operación a diésel a partir del año 2020, tendrá impacto
tarifario que se experimentará severamente a partir del 2021. La razón es que el
costo variable de producción se quintuplicará respecto a los valores
actuales. El efecto de este hecho a nivel de productor será un aumento del
precio de venta del 100%, que para el consumidor residencial significará tener
recibos de pago mensuales incrementados en 50%.
La explicación de este efecto cascada en los guarismos se
encuentra en la manera como se estructura el precio al consumidor final. Lo
afirmado es realidad pura y dura, que tendrá que asumirla el gobierno en sus
últimos 7 meses de gestión y la nueva administración en los 5 meses restantes
del año del bicentenario y todo el año siguiente.
LAS INICIATIVAS A TOMAR DE INMEDIATO
La carencia de generación de bajo costo en el 2020, es una
realidad que no se podrá superar, aunque dado que el requerimiento es bajo, no
habrá efecto significativo inmediato en esa fecha. Sin embargo el 2021, habrá un
cambio traumático inevitable en el precio al consumidor si es que no se tiene
trabajando desde los primeros meses, por lo menos 274 MW de bajo costo de
operación. Esto podría cubrirse con centrales de recursos energéticos renovables
(RER), de preferencia hidroeléctricas del orden de 20 MW, que tienen un
operación promedio al 70% de su capacidad.
La cobertura del 2021, será posible si se convoca a subasta
RER, a inicios del 2018, con cierre de proceso máximo al culminar el primer
trimestre y con una primera fecha de puesta en operación comercial para marzo
del 2021.
Para el 2022, la situación se pone dramática, el
requerimiento será de 713 MW y eso sí requiere una propuesta mucho más
elaborada, pues de hacerse la cobertura tendrá que ser con centrales de diversa
tecnología, que pueden ir de termoeléctricas a GN y RER de diversa índole; la
diferencia entre oferta y demanda sería de 2,871 MW, que significaría una
reserva del 25%, prácticamente toda térmica a diésel (95%), hasta que la POC del
GSP.
Esta mirada de mediano plazo, que es completamente racional,
también tiene que tener otros elementos que generen confianza al inversionista y
allí veo dos temas: el primero, la credibilidad a los inversionistas que
apuestan por la innovación: biogás de residuos orgánicos y geotermia, donde hay
empresas que están invirtiendo que no debemos desalentar y la guerra de precios
entre los actores actuales.
LA GENERACIÓN RER DE BIOMASA A RESIDUOS ORGÁNICOS Y
GEOTERMIA NECESITAN OTRAS REGLAS
La generación RER en base a biogás de residuos orgánicos, es
una salida para desterrar los botaderos de basura en provincias y reemplazarlos
por rellenos sanitarios, donde haya formalidad en el reciclaje y
generación de energía. Lima ya ha dado un avance con los 10 MW existentes,
que deben ser un referente para provincias. Aquí se necesita otorgar mayores
plazos en las subastas para que se pase a la reconversión, no menos de 5 años,
desde que hay el incentivo de un contrato de venta de energía hasta que se
inicie operaciones.
En el caso de Geotermia, donde las inversiones son mayores,
también se necesitan plazos mayores, siete años, desde la firma de un contrato
hasta la POC.
Lo más apropiado es que en la convocatoria de subasta RER que
planteo para el 2018, se propongan tres plazos de POC: 3 años para
hidroeléctricas, solares y eólicas; 5 años para las de biogás a residuos
orgánicos y 7 años para geotermia.
LA GUERRA DEL CORTO PLAZO.
Siempre se ha dicho que el negocio de electricidad debe tener
una mirada de largo plazo, que tres o cuatro años, es muy poco tiempo para
evaluar resultados. Así se predicaba cuando los operadores tenían la sartén por
el mango y los consumidores se exasperaban por los costos que tenían que pagar.
Hoy la situación es a la inversa, la excedencia transitoria en el mercado spot
que durará solo hasta el 2020, ha llevado a la grita de los vendedores, y
sienten que en tres años se les va la vida. Los liberales puros dirían: es el
mercado señores, si hay que cerrar, vayan liando bártulos, pues los
responsables de esta situación han sido ustedes mismos con sus inversiones
sobredimensionadas.
Sin embargo, la Magdalena de Marca Perú, no está para tafetanes
y no nos podemos dar el lujo de la turbulencia que generaría un cierre de
empresas o una competencia de fagocitación. Así que desde el gobierno habrá que
ser imaginativos para solucionar este “subprime criollo de la electricidad”.
El gran problema se está dando en las compras de los agentes en
el mercado spot para hacer ofertas de venta con precios predatorios a los
clientes del mercado libre, que son consumidores que exceden los 0.2 MW, cuyo
número se incrementó en 91% en 15 meses, pasando de 256 en Enero del 2016 a 489
en marzo del 2017 (última estadística oficial).
Es necesario hacer modificaciones en las reglas del despacho y
de las transacciones en el mercado spot, lo cual será materia de otro artículo;
recalcando que hay urgencia de hacerlo.