¿Por qué las nuevas fuentes energéticas no tienen mayor
participación en el sistema eléctrico peruano por más que la normativa para
impulsarlas en el Perú ya tiene casi una década?
Suena
inverosímil, pero el potencial del Perú para energías renovables no
convencionales supera al de algunos países de Europa. “Un molino colocado en Ica
puede generar hasta el doble de energía eléctrica que uno instalado en
Alemania”, afirma Juan José Navarro, gerente de desarrollo de negocios de
energías renovables de Bow Power.
Hay
ventaja también para las centrales fotovoltaicas: la incidencia de rayos solares
en el sur del país también es mucho mayor que la registrada en grandes ciudades
europeas de cielos más oscuras.
Entonces, surge la interrogante sobre las razones por las que estas
fuentes no tiene mayor participación en el sistema eléctrico (hoy son solo el 3%
del total), a pesar de que la normativa para impulsarlas ya tiene casi una
década. La respuesta abarca la situación actual de sobreoferta eléctrica, la
regulación y la composición de la matriz energética y su impacto
medioambiental.
DISRUPCIÓN
Lo
primero que se debe saber es que las energía renovables (solar y eólica,
principalmente) son elementos disruptivos en los sistemas eléctricos. Su
naturaleza intermitente y sus elevados costos de construcción de centrales en un
primer momento –hoy los paneles y molinos son mucho más baratos que hace cinco
años- llevaron a la necesidad de elaborar marcos legales especiales para
promover su uso, y el impacto no fue menor.
“Las
tecnologías solar y eólica aportan complejidad al sistema eléctrico por
imprevisibilidad y porque hacen necesario que el sistema cuente con capacidad de
respaldo adecuada a causa de su intermitencia. Esto no es un problema cuando la
penetración es baja (Perú), pero, cuando una parte sustancial del parque pasa a
ser intermitente (España o Alemania), entonces sí puede ponerle estrés al
operador del sistema y a la propia red de transmisión”, explica Juan Miguel
Cayo, gerente general de Fénix.
Otro
factor relevante para el sistema, y que algunos cuestionan, es que las centrales
de energías renovables que hoy existen en el país fueron adjudicadas por
subastas y tienen ingresos garantizados que se cargan a los usuarios de
energía.
Mario
Gonzales del Carpio, gerente de desarrollo de Luz del Sur, explica un detalle
crucial sobre este punto. “El precio que se garantiza a las renovables arbitra
contra el precio del spot”, afirma.
Esto
quiere decir que, si una central renovable se adjudicó, por ejemplo, un precio
de US$ 60 MW/h y el precio spot se encuentra en US$ 20, la diferencia es
subsidiada por todos los usuarios. Hoy el precio del mercado mayorista se
encuentra deprimido por la sobreoferta y otros factores.
Según
un informe de Osinergmin, el de las energías renovables (RER) era el segundo
recargo más grande que los usuarios remuneraban en sus recibos luego del pago al
Gasoducto, que ya no existe desde hace algunos meses.
Pero
no es el único concepto subsidiado ni son las únicas fuentes que gozan de estos
beneficios, como veremos más adelante.
HORA PICO
La
disponibilidad de las centrales renovables no convencionales (RER), cuando la
demanda más lo requiere, también añade incertidumbre. Las horas punta de consumo
eléctrico en el Perú se encuentran entre las 6:00 p.m. y las 11:00 p.m. Gonzales
del Carpio afirma que las fuentes solares y eólicas no son confiables durante
esa franja horaria.
“Es
cierto que, a nivel mundial, los precios de las energías renovables no
convencionales hoy son históricamente bajos. Pero estos no incluyen el costo de
almacenamiento. El costo de despachar la energía al momento que se consume es el
costo de generarla más el costo de almacenarla. Cuando dicen que hoy las
renovables están en US$ 30 MW/h, no están tomando en cuenta el uso de baterías,
que podría llevarlo a más de US$ 60. Ese es el precio verdadero”,
explica.
Juan
José Navarro, de Bow Power, empresa que en el Perú opera los parques eólicos de
Marcona y Tres Hermanas, señala que eso es parcialmente cierto. “En nuestras
operaciones precisamente en hora punta es cuando se entrega mayor potencia. El
factor de planta de una eólica puede alcanzar el 60%. Sin embargo, reconoce que
lo mismo no ocurre con las centrales fotovoltaicas que, naturalmente, salen de
servicio cuando el sol se pone.
COMPETITIVIDAD
Entonces ¿existe alguna forma de que las energías renovables
compitan en igualdad de condiciones con las convencionales (grandes
hidroeléctricas y termoeléctricas)? Eugenio Calderón, responsable de energías
renovables de Enel Perú, sostiene que para ello es necesario que se levanten las
barreras regulatorias de acceso de las RER a los mercados libre y regulado,
estableciendo normas que se reconozcan y permitan calcular su potencia
firme.
El
marco vigente establece que las centrales eléctricas no pueden vender energía
por debajo de su potencia firme asignada, es decir, de su capacidad para
despachar energía de manera segura y confiable. Se ha dispuesto que para las
eólicas y solares este factor sea cero. Por ello no pueden firmar contratos y
solo participan a través de subastas.
Juan
Miguel Cayo, de Fenix, asevera que aun sin esa modificación regulatoria las
centrales RER tienen la posibilidad de contratar con usuarios libres (grandes
empresas, por ejemplo), pues siempre pueden comprar potencia en el mercado. “Es
una práctica común incluso para tecnologías tradicionales que teniendo energía
disponible carecen de potencia firme disponible. La potencia firme no es algo
que se otorgue, sino que refleja una característica propia de cada tecnología; y
este atributo no aplicaría para una energía intermitente”, detalla.
Navarro afirma que las RER definitivamente no cuentan con las
condiciones para contratar con clientes libres. Añade que, tomando en cuenta su
intermitencia y la disponibilidad horaria, podría establecerse una potencia
firme en función a día, mes o año, y no por segundo como normalmente se les
demanda a las centrales convencionales.
Como
mencionamos, las centrales RER no son las únicas que se recargan a los usuarios
de electricidad. Las centrales de reserva fría, las del Nodo Energético y
algunas grandes hidroeléctricas también cuentan con algún tipo de ingreso
garantizado.
“En el
mercado peruano pocos compiten en sentido estricto. Entonces, es también
paradójico que se exija a unos lo que no se les exige a todos. Se les pide a los
renovables intermitentes no vivir de subsidios, pero ¿qué son sino los ingresos
garantizados de las grandes centrales hidroeléctricas, por ejemplo? Pues son
subsidios también”, afirma el consultor en energía e infraestructura Javier
Matos, quien aboga por una reforma del sector que apunte más a la libre
competencia en igualdad de condiciones para los participantes.
TE QUIERO VERDE
En tiempos de cambio climático y control de emisiones, las RER son una
alternativa amigable con el medio ambiente y hasta una responsabilidad moral
para algunos. Pero la matriz energética en el Perú es bastante limpia, pues más
del 40% proviene de grandes hidroeléctricas.
¿Qué otras ventajas pueden ofrecer estas fuentes para quienes ya cuentan
con un sistema “verde”?
Eugenio Calderón, de Enel Perú, afirma que la mayoría de las
grandes hidroeléctricas se encuentra lejos de los puntos de entrega de la
energía generada y, por lo tanto, requiere de grandes líneas de transmisión. “En
el caso de las RER, estas se emplazan usualmente cerca de los puntos de entrega,
por lo que la extensión de las líneas se acorta”. Juan José Navarro agrega que
centrales renovables no convencionales no requieren de grandes embalses que, en
muchos casos, conlleva al desplazamiento de comunidades indígenas y mayor
impacto en el entorno. También destaca los aportes al medio ambiente en cuanto a
menores emisiones.
En el
caso de que las centrales RER obtengan potencia firme para vender energía a
usuarios libres, el mayor interés vendría de empresas que buscan disminuir sus
emisiones. “Les permitiría ciertos contratos con tomadores que las buscarán por
un tema de imagen corporativa ambientalmente amigable. No necesariamente serían
volúmenes relevantes”, considera Matos.