Replanteo de oferta eléctrica por retraso en Gasoducto, por César Gutiérrez
Han transcurrido cerca de siete meses desde que se dio por
terminado el contrato de concesión del Gasoducto Sur Peruano (GSP) y no hay
avance alguno en la promesa gubernamental de licitarlo nuevamente. Es más, hay
serios problemas con la legalidad de las medidas tomadas por el Ejecutivo para
cerrar el caso con el concesionario, que han conllevado a que el administrador
de los bienes, contratado por Osinergmin, aún no pueda tomar posesión de los
mismos.
Si hacemos una línea de tiempo que defina fecha de inicio de
operaciones del GSP, concluimos que en si las entidades estatales responsables
trabajan de manera coordinada y sin errores, estaríamos hablando del año 2023: 6
meses para publicación de bases; 12 meses entre consultas, respuestas, modelo
final de contrato, presentación de ofertas y firma de contrato y a lo que
hay que sumarle 48 meses de construcción, pues el avance físico del
concesionario cesado fue del 10%. Es decir, si hay algo seguro al respecto
es que PPK no lo inaugurará.
El retraso en la construcción del GSP, devendrá en que en los
2,000 megavatios (MW) de generadoras duales (gas natural/ petróleo diésel 2)
existentes entre las localidades de Mollendo e Ilo, que serán requeridos a
despachar producción energía a partir del año 2020, tendrán que hacerlo a
petróleo diésel 2 (D2), con el consiguiente sobrecosto.
Entre el 2020 y el 2022, será necesario tener oferta con precio
menor al que corresponde a centrales que operan con D2 para no tener cambios
traumáticos en el precio al consumidor. El perfil de la oferta tendrá que ser de
continuidad en el despacho y capaz de atender requerimientos de capacidad en
cualquier momento, de manera que pueda abastecer la demanda ante eventualidades
no consideradas en la reserva actual, como la salida de servicio del poliducto
Camisea-Lima.
En el contexto reseñado, las unidades que cumplen el
perfil o serán hidroeléctricas que califiquen como de recursos energéticos
renovables (RER), es decir de hasta 20 MW de capacidad o geotérmicas, que es una
de las tecnologías aún no convocadas en las cuatro subastas realizadas y que ya
existe más de una empresa que está en condiciones de participar. El análisis y
la decisión están en el despacho de Energía y Minas.