El poder compartido - Por Juan Carlos Valdivia - EL MONTONERO
Columna
El poder compartido
20 de Junio del 2017
Las
elecciones lo ordenaron y el Ejecutivo no lo acepta
Quizás
a los líderes del gobierno les han hecho creer que con campañas mediáticas
podrán cambiar los resultados electorales de hace un año, porque no hay otra
explicación para que estén en estas supuestas disputas por el poder, en lugar
de privilegiar el gobernar. En el gobierno han preferido alargar el final del
ministro de Economía, Alfredo Thorne, prolongando con ello la situación de
indefinición por una semana más. Thorne, para todos los efectos, ya dejó de ser
el ministro de Economía: nadie puede cerrar un trato con él sabiendo que el
Congreso —días más, días menos—lo retirará del cargo.
El
ministro tiene que asumir la responsabilidad política de una conversación que
no lo deja bien parado; aunque peor lo dejen las cifras del desempeño económico
del país. Sin embargo, al gobierno parece no interesarle el desempeño de la
economía, la necesidad de generar un ambiente de confianza y evitar que el
ruido político afecte a las inversiones. Al gobierno no le interesa gobernar.
Le interesa el pulseo por el poder. Ha perdido el rumbo y su gabinete de
técnicos ha decidido jugar a la política, escuchando endogámicamente a quienes
ellos quieren escuchar, pretendiendo imponer mediáticamente una situación que
ellos conocían bien al ganar las elecciones y asumir el puesto de
ministros.
Durante
la segunda vuelta se habló insistentemente del riesgo de otorgar todo el poder
al fujimorismo, de la necesidad de fortalecer un balance de poderes. Sabían que
el fujimorismo tendría la mayoría parlamentaria. Hoy el pepekausismo reniega de
todo aquello que predicó para ganar la segunda vuelta. Les molesta el balance
de poderes, les incomoda el control político y quieren todo el poder para el
Ejecutivo.
Como
hemos afirmado, la democracia se basa en la existencia de una sana tensión
entre el Ejecutivo y el Legislativo. Hasta hoy, salvo el caso de Jaime
Saavedra, que constituyó un abuso de poder, la renuncia del asesor presidencial
Carlos Moreno se debió a un caso de corrupción descubierto; la del ministro de
Defensa, por privilegiar el amor antes que el servicio público; y la del
ministro Martín Vizcarra, a raíz de no poder sostener el contrato que había
defendido ante el pleno del Congreso. El ministro Thorne cae también por esas
conversaciones relacionadas con Chinchero. No se puede hablar entonces de
excesos ni abusos de poder. Son puntualmente los desaciertos del gobierno los
que lo están debilitando.
Sin
embargo ellos se han creído el discurso antifujimorista que les susurran al
oído quienes buscan la confrontación, quienes aconsejan la lucha por el poder.
Pero las elecciones ordenaron que el poder se comparta, y es algo que en el
Gobierno no logran comprender.