Alto a pretensión de endeudamiento oneroso de Petroperú, por César Gutiérrez
Luego de la renuncia por parte del Ejecutivo a la malhadada
adenda para el contrato de concesión del aeropuerto de Chinchero; corresponde
sincerar posiciones sobre la pretensión de endeudar a Petroperú por 4,250
millones de dólares (MMUS$), para continuar con la faraónica obra del llamado
Proyecto de Modernización de Refinería Talara (PMRT).
El análisis tiene que partir de las anotaciones hechas
por la Contraloría General de la República (CGR) en su Informe Previo Nº
00044-2014-CG/ CPRE, presentado el 29 de abril del 2014, a raíz de la gestión de
Petroperú de un crédito puente por 500 MMUS$. En este documento se parte de la
premisa de una inversión en construcción por 2,730 MMUS$ y un estimado de 815
MMUS$ por los servicios auxiliares. Se señala que la tasa interna de retorno
(TIR) es de 9.6%, con una tasa de descuento de 9%, cifras declaradas por la
petrolera estatal.
La CGR advertía en el informe su preocupación por la estrecha
diferencia entre la tasa de descuento y la TIR, resaltando que cualquier
variación en el monto de inversión devendría en una inexistencia de rentabilidad
del proyecto. Hoy, que han transcurridos tres años desde que se hicieron
las afirmaciones y la cifra de la inversión total asciende a 5,400 MMUS$,
quedando aún pendiente de definir el costo de los servicios auxiliares, es obvio
que no habría forma de justificar la existencia de rentabilidad.
En este panorama, la CGR debería explicarnos con informe que
debe ser de público conocimiento, como el Ministerio de Economía y Finanzas
puede haber dado una autorización de endeudamiento (RM-017-2017-EF/52);
que se inicia con una emisión de bonos por 2,000 MMUS$ que debería efectivizarse
en el corto plazo.
Veo solo cuatro posibilidades para justificar tamaño
despropósito; que para el largo plazo hayan supuesto una disminución de costos
del crudo, un mayor valor del precio de los combustibles o que ocurrirán las dos
cosas a la vez. No hay forma de justificar racionalmente estas
ocurrencias. La cuarta alternativa, que es la más probable, es que sabiendo que
no habrá rentabilidad se desea continuar porque sería demasiado oneroso
paralizar. De ser así tendrían que demostrarlo y señalar como se piensa honrar
los pagos de los bonos.