HP Sprocket, una impresora de fotos que cabe en tu bolsillo
Si vuelve el vinilo, ¿por qué no la fotografía en papel? Es cierto que la
moda vintage y el gusto por recuperar procesos analógicos está viviendo un nuevo
despertar, también lo es que a la industria le conviene cobrar un extra por el
material, volver a fabricar y distribuir a un precio superior al que se pedía
cuando había carretes o tocadiscos de manera habitual. Es como tener un caballo,
no es el medio de transporte, es el gusto por algo que nos hace especiales.
(Salvando mucho las distancias, obviamente).
HP Sprocket se queda a medio camino. No es una impresora de alta calidad, ni
de gran formato, pero sí emula la misma sensación que se tenía con las Polaroid
instantáneas que tan populares fueron hasta comienzos de este siglo. Sirve para
imprimir fotografías del tamaño de apenas un carné, pero con una tinta especial,
que aguanta el paso del tiempo. No hay inyectores en el aparato, sino que es el
papel el que hace el proceso de sublimación.
Cada imagen impresa se convierte también en pegatina si se quita la parte
trasera del papel. Puede ser el complemento perfecto para fiestas, viajes con
amigos o celebraciones familiares. Es muy sencilla de usar. Basta con instalar
una aplicación con el mismo nombre, tanto en Android como en iPhone, se conectan
móvil e impresora por Bluetooth y después solo hay que seleccionar qué imagen de
la galería se quiere enviar. En pocos segundos comienza a salir por la ranura,
sin apenas hacer ruido.
Ahora bien, conviene usarla con moderación. Aunque el precio de la impresora
en sí no es elevado, 150 euros en la tienda oficial, el papel sí conviene
medirlo. Salvo si se hace un encargo al por mayor, puede llegar a salir a casi
70 céntimos la foto. Es fácil despistarse y sacar estampitas sin mesura.
HP quiere hacer caja con ello. De hecho, se pueden encargar paquetes de
hojas, de 10, 20 o 50 papeles, directamente desde la aplicación. No es la opción
más económica, pero sí la más fácil. Se pueden encontrar recambios en Internet,
también de otros fabricantes, como los de Polaroid. Siempre que sean del mismo
tamaño y tenga el símbolo Zero Ink, la tecnología que usa el aparato,
funcionará. Al igual que pasa con las impresoras domésticas, a HP no le gusta
mucho que se ponga un cartucho cuya fabricación no ha controlado, pero termina
por funcionar.
La aplicación trae un editor, tan útil como limitado. Se pueden poner marcos,
añadir efectos cómicos, emojis, arreglar el contraste o poner textos. ¡Sí,
puedes imprimir un 'meme'!
Lo mejor es usarlo en un entorno social, como recuerdo o para jugar a probar
efectos.
Sprocket (el mismo nombre que el perro de los Fraggle, guiño a los niños de
los 80) tiene una batería similar a la de un móvil. Se carga a través del puerto
micro USB. Es la misma clavija que la mayoría de los teléfonos con Android.
Tiene una autonomía de más de 30 imágenes. Permite llevarlo en el bolso y cabe
en la palma de la mano. Solo pesa 170 gramos.
No sirve para enseñar las fotos del safari en Kenia a los vecinos, pero sí
para poner en la nevera un recuerdo de la última cena del grupo de amigos.