La interpelación - Por Juan Carlos Valdivia - EL MONTONERO
Columna
La interpelación
14 de Marzo del 2017
Expresa el
descontento de los parlamentarios con las acciones un ministro
Luego
de escuchar al nuevo gabinete y darle el respectivo voto de investidura,
respetando el principio de división de poderes, nuestra Constitución permite que
los ministros de Estado intervengan en las sesiones del pleno para participar de
los debates. Es una práctica usada en muy contadas oportunidades, pero que daría
un mayor dinamismo a la relación entre poderes.
La
Constitución también establece la institución de la “Estación de preguntas”. En
democracias parlamentarias, es una sana práctica que permite un mejor ejercicio
de la representación ciudadana frente a la acción del Ejecutivo. El Reglamento
del Congreso (herencia del fujimorismo de los noventa) ha burocratizado la
institución, haciendo que sea poco utilizada. Que los ministros asistan a
responder asuntos relacionados a su cartera, facilitaría absolver interrogantes
de los congresistas y evitar ir a otras instancias, como la
interpelación.
Los
congresistas pueden también convocar a los ministros, tanto a sesiones de las
comisiones ordinarias como a las del pleno del Congreso. Esta es una práctica
más recurrente, pero ya muestra un nivel mayor de tensión entre poderes. Obligar
a un ministro a asistir a una sesión o convocarlo de urgencia es una muestra del
poder del Legislativo sobre el Ejecutivo.
La
convocatoria a una interpelación es una institución que requiere una serie de
formalismos, como número mínimo de congresistas que la soliciten, un proceso
especial con plazos razonables para su aprobación y la presentación de un
cuestionario que el ministro está obligado en responder. Pero lo más importante:
es obligatoria para el ministro convocado. No es pues una institución más de
nuestra Constitución, como se ha dicho desde el gobierno. Es una que muestra el
descontento de los parlamentarios con las explicaciones que un ministro ha
venido ofreciendo, por lo cual se le convoca para que responda a una serie de
preguntas precisas. Las constituciones de 1979 y la de 1993 establecieron
requisitos mayores que los que establecía la del 1933, pues se evalúa las
experiencias de los gobiernos de Bustamante (1945) y Belaunde (1963), cuando se
abusó de esta institución.
El
ministro Vizcarra ha asistido a explicar los temas referidos al contrato de
concesión del Aeropuerto de Chinchero en varias oportunidades; la última a su
solicitud en la Comisión Permanente, por encontrarse el Parlamento en receso del
pleno. Sus explicaciones no han satisfecho a un importante sector del
Parlamento, que ha considerado necesario convocarlo a una
interpelación.