Exportaciones de cocaína de Perú a comienzos del siglo XX
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Por Ernesto Linares Mascaro
A diferencia de la marihuana (prohibida desde la Edad
Media), hubo una época en que la cocaína era legal, era considerada una
maravilla de la medicina moderna y Perú era casi el único proveedor mundial.
Desde la época preincaica, se utilizaba la hoja de
coca como un estimulante. Su uso continuó en la época colonial: a los indios les
daban coca para que realicen extenuantes trabajos en las minas u otras labores.
En 1860, el químico alemán Albert Niemann logró aislar el alcaloide principal de
la hoja de coca, a la que llamó cocaína. Después se inició un boom de
experimentos, usos y productos de cocaína u hoja de coca, que se usaban para
curar la depresión, fatiga, etc.
En 1863 en Francia, Angelo Mariani creó su famoso vino
de coca Mariani, que sirvió de inspiración para que J.S. Pemberton creara la
Coca Cola en EEUU en 1886 (1). El padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, usó la
cocaína para tratar el alcoholismo y las adicciones a la morfina
(2).
Bastante interesante es la información sobre
producción peruana de cocaína recopilada por Alejandro Garland, quien en 1905
escribió: “sólo se ha establecido, hasta ahora, fábricas de cocaína en el Perú,
con lo cual queda dicho que esta industria es exclusivamente peruana”
(1).
La época de mayor auge de la cocaína legal en el Perú
fueron los primeros años del siglo XX. Garland describió que habían 22 fábricas
de cocaína en el país: “… En Cajamarca existe una pequeña instalación en la
hacienda «Marcamachay»
provincia de Cajatambo, dos en el departamento de La Libertad. El de Huánuco
cuenta con 12 instalaciones inclusive la que existe en la montaña de Pozuzo. En
la montaña de Huanta también se han instalado dos oficinas y además existen dos
fábricas en Lima, una en el Callao y otras dos en el
Cusco”(2).
SURGIMIENTO
DE LA COCAÍNA CRUDA Y ESTADÍSTICAS
En verdad lo que Perú producía era cocaína cruda,
cuyas exportaciones se iniciaron después de la guerra con Chile (1879-1884) y
representaron un alivio para deprimida economía nacional. La cocaína cruda era
parecida a la hoy conocida pasta básica de cocaína (PBC), con una pureza de
sulfato de cocaína de 80% - 96%. A modo de comparación, el PBC y el crack
(obtenido a partir de precipitación alcalina del clorohidrato de cocaína)
contienen sulfato de cocaína de 40% a 90%, aunque en esa época, a nadie se le
había ocurrido fumar cocaína cruda.
¿Cómo se obtuvo la cocaína cruda? Perú exportaba hoja
de coca, pero debido al largo viaje por mar a Europa (aunque no demoraba tanto
como Serpost hoy en día) esta no llegaba en buenas condiciones a los
laboratorios para la producción de cocaína. Fue el farmacéutico Alfredo Bignon,
propietario de la Botica Francesa en el centro de Lima, quien en 1885 inventó un
método económico para procesar la hoja coca en el mismo campo de cultivo
utilizando kerosene y soda cáustica, insumos fáciles de conseguir en el Perú del
siglo XIX. El sulfato de cocaína o cocaína cruda obtenida por el método de
Bignon, llegaba en buenas condiciones en Europa, en donde se refinaba en
clorohidrato de cocaína. La ventaja principal era la reducción de costos: cada
kilo de cocaína cruda representaba entre 160 y 180 kilos de hoja de coca (el
kilo de PBC representa unos 150 kilos de hoja de coca). El actual método de
maceración de hojas de coca para convertirla en PBC, se basa en el antiguo
método de Bignon (5).
También en 1885 surgió la Comisión de la Coca,
conformada por científicos peruanos liderados por José Casimiro Ulloa, promovió
el método de Bignon e “incitaba en forma terminante la producción peruana de la
droga para exportar cocaína cruda, y no sólo coca, elíxires de coca y similares”
(6).
Habría que señalar que en Perú se cultivaban dos
variedades de hoja de coca: la Erythroxylum coca y la Erythroxylum novogranatense. La
primeraque se cultivaba
principalmente en Huánuco y era destinada a la producción de cocaína, y la
segunda, llamada variedad Trujillo aunque cultivada en Otuzco y Huamachuco,
tenía menos alcaloide y era destinada principalmente para elaborar elíxires de
coca.
Para la década de 1890, Perú exportaba cantidades
importantes de cocaína cruda y hoja de coca. Debido a las políticas
proteccionistas de EEUU, los laboratorios norteamericanos (Merck & Co.,
Parke-Davis, Squibb) no importaban cocaína cruda, sino hoja de coca a partir de
la cual recién elaboraban cocaína. En cambio, los laboratorios alemanes (Merck,
Boehringer, Gehe, Riedel, Knoll) y franceses (Houdé, Midy) en menor medida,
importaban cocaína cruda para refinarla y convertirla en clorohidrato de
cocaína. La alemana Merck of Darmstadt se convirtió en el mayor productor
mundial del polvo blanco (7).
También la hoja de coca importada por EEUU y Francia
iba a destinada a la elaboración de bebidas, elíxires, etc. En 1903, Coca Cola
retiró la cocaína de la fórmula de su bebida gaseosa, pero se asoció con Maywood
Chemical Works (hoy Stepan Company) para que la abastezca de extracto de hoja de
coca (descocainizada desde 1907) para la Coca Cola. Es curioso que Maywood
Chemical haya sido fundada por el químico alemán Louis Schaeffer, quien tuvo un
fracasado proyecto de producción de cocaína cuando vivió en Lima (8).
Para 1905, el valor de las exportaciones de hoja de
coca y cocaína sumaba £
206,426 y eran el octavo producto de exportación del país por detrás del azúcar,
caucho, cobre, lana, algodón, plata y guano (9). Las exportaciones
peruanas de hoja de coca y cocaína están en el siguiente
cuadro.
LOS
PRINCIPALES PRODUCTORES PERUANOS
Es el historiador norteamericano Paul Gootenberg quien
mejor ha investigado el tema. Él señala como uno de los principales productores
de cocaína a Alfredo Pinillos Hoyle, principal accionista de la casa comercial
Pinillos, Goicochea & Cía., además de un importante político. Pinillos tenía
una fábrica de cocaína en Trujillo en sociedad con Martín Ayllón. Pinillos
también firmó un contrato a largo plazo con Maywood Chemical para ser su
proveedor exclusivo de hojas de coca destinada a la producción del ingrediente
para la Coca Cola. Otra fábrica de cocaína en Trujillo fue la de Teófilo Vergel
(10).
El departamento de Huánuco albergó la mitad de
fábricas de cocaína, lo que repercutió en el auge económico de la ciudad
Caballeros de León de Huánuco. Gootenberg señala una élite de familias cocaleras
asentadas en el distrito de Chinchao: Repetto, Ramírez, Sara Lafosse, Funegra,
Lambruschini, Cavalié, Malpartida, Mori y Ampudia. Quienes fueron protagonistas
en la producción de cocaína fueron los inmigrantes croatas Juan Antonio Plejo y
Salvador Nesanovich (ganador de una medalla de bronce por su cocaína en la Feria
de Saint Louis de 1904); los yugoeslavos Juan Boyanovich y Manuel y Esteban
Marinovich, el español José Mas, y los peruanos Juan Languasco, los hermanos
Montero y los hermanos Augusto, Gregorio y Juan Durand, siendo estos últimos los
principales productores. Las fábricas o talleres de cocaína se ubicaban en las
haciendas del Chinchao, Derrepente y Monzón -además de una en Pozuzo-, siendo la
más grande la ubicada en el anexo Éxito de la hacienda San Carlos (Chinchao) de
los Durand. Algunos talleres contaban con líneas telefónicas que la conectaban
con Huánuco (11).
Augusto Durand no solo fue el más importante
empresario de la cocaína de la época, también compró el diario La Prensa en 1915
y fue uno de los políticos más importantes del Perú de fines del siglo XIX y
comienzos del siglo XX. Gran opositor al Gobierno de Augusto B. Leguía
(1908-1912; 1919-1930), su hermano Juan y él fueron deportados en 1919, sus
negocios en Huánuco fueron allanados y su diario fue expropiado en 1921. En
1923, Augusto Durand regresó al Perú de forma clandestina, con la finalidad de
ejecutar un plan revolucionario contra Leguía en colaboración con jefes de la
escuadra, pero el 26 de marzo fue arrestado enfermo (una hernia por herida de
bala de cuatro años antes) y falleció el 31, cuando era conducido al Callao en
el crucero Grau.
(12)
DECLIVE DEL
NEGOCIO DE LA COCAÍNA LEGAL
El boom de la cocaína empezó a declinar con el
surgimiento a inicios del siglo de políticas antidrogas en EEUU que después de
la Primera Guerra Mundial, la promovió a nivel mundial a través de la Liga de
las Naciones (antecedente de la ONU). Según Gootenberg, estas surgieron tras el
uso de la cocaína “por placer o para fines no médicos”, pero también como un
asunto racial: “se hablaba de los violentos cocainómanos negros” y “de
proveedores judíos que andaban por doquier” (13).
También el declive del negocio peruano se debió al
surgimiento de la competencia. La Java holandesa (isla que hoy forma parte de
Indonesia) inició la exportación masiva de hoja de coca y cocaína cruda a partir
de 1905, desplazando a los productos peruanos de EEUU y Europa. La cocaína cruda
peruana –prohibida en EEUU- rivalizaba ahora con la coca de Java para abastecer
a los laboratorios alemanes. Ya en 1900, con apoyo estatal, se había establecido
en Ámsterdam la Neerlandsch Cocainfabrieck (NCF), que pirateando patentes
alemanas, se convirtió en la mayor productora mundial de cocaína, afectando la
producción de los laboratorios alemanes. Para 1920, la coca de Java satisfacía
la demanda mundial de los laboratorios pero luego su producción bajó cuando los
Países Bajos aceptó las políticas de control sobre la cocaína
(14).
La naciente industria farmacéutica japonesa también
rivalizó con su par alemana en la producción de cocaína. A principios de la
década de 1920, Sankyo Pharmaceuticals se convirtió en uno de los mayores
productores de cocaína, importando cocaína cruda de la colonia japonesa de
Formosa (Taiwan) o de la Java holandesa. Otra productora japonesa de cocaína,
Hoshi Pharmaceuticals, compró la hacienda Tulumayo en el valle del Huallaga en
1917, aunque por presión de EEUU, el Estado peruano la expropió en 1938, con lo
que terminó las importaciones de cocaína cruda peruana por parte de los
laboratorios japoneses (15).
De 22 fábricas de cocaína en 1905 en Perú, se pasó a
seis en 1923. Para 1911 estaban cerradas las fábricas de Pozuzo, Cusco, Huanta,
Lima y Callao.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, los mayores
productores de cocaína eran Alemania y Japón. Al terminar la guerra, estos
países adoptaron las políticas de prohibición de cocaína de EEUU, con lo que
Perú quedaba casi aislado. La dictadura de Odría, amigable con la diplomacia
estadounidense, prohibió la producción cocaína en 1949. Para ese entonces, solo
operaban en Huánuco la fábrica de Obraje de Andrés Soberón –que era también el
mayor productor- y en Trujillo las fábricas de las familias Vergel y Ayllón
(16).
Hoy en día, a través de la Empresa Nacional de la Coca
(Enaco) se sigue exportando, legalmente, hojas de coca para la Coca Cola y
cocaína para fines médicos (anestesia para operaciones a los ojos), pero estas
no llegan ni a la décima parte de lo que fue en su apogeo. De acuerdo a las
estadísticas publicadas por Sunat, las exportaciones de cocaína no superan los
400 kilos al año y las de hoja de coca en el último lustro, ha sido alrededor de
136 mil kilos anuales.
(3) Garland, Alejandro. 1905. Reseña Industrial del
Perú, p. 143. Lima, Ministerio de Fomento.
(4) Ibídem.
(5) Gootenberg, Paul. 2010. La invención de la cocaína: La historia
olvidada de Alfredo Bignon y la ciencia nacional peruana (1884-1890), pp.
38-43; 66.
(6) Gootenberg, Paul. 2003. Entre la coca y la cocaína: Un siglo o Más
de las Paradojas de la Droga entre Estados Unidos y el Perú, 1860-1980, p.
12. Lima, Perú: Instituto de Estudios Peruanos.
(8) Ibíd, pp. 280-284.
(9) Garland, Alejandro. 1908. Peru
in 1906 an after, translated into english by George R. Gepp, pp. 264-265.
Segunda Edición. Lima, Perú: Imprenta oficial La
Industria.
(10) Gootenberg, Cocaína Andina.
El proceso de una droga global, pp. 131-132.
(11) Ibíd, pp. 138-147.
(12) Basadre Grohmann, Jorge. 2014. Historia de la República del Perú
(1822-1933), T. 14, pp. 37; 54; 65; 90-93.
(13) Gootenberg, Entre la coca y
la cocaína: Un siglo o Más de las Paradojas de la Droga entre Estados Unidos y
el Perú, 1860-1980, pp. 16-17.
(14) Gootenberg, Cocaína Andina.
El proceso de una droga global, pp. 186-190.