La heredera del fujimorismo ha olido sangre. Tras la censura de Saavedra
se alistaría la de la ministra de Salud. El plan es uno solo: poner de rodillas
a un gobierno que da muestras de autismo político
La inminente censura al ministro de Educación, Jaime Saavedra, supondrá el
inicio de una nueva etapa de la estrategia fujimorista para generar
inestabilidad a la administración Kuczynski. En las filas de Fuerza Popular ya
se barajan los nombres de los próximos ministros que habrán de someterse a la
maquinaria de demolición naranja. Se trata de tensar las cuerdas hasta generar
una corriente de opinión popular favorable a la vacancia presidencial. Hasta la
fecha los planes de Keiko Fujimori se vienen cumpliendo al pie de la letra.
El ministro Saavedra siempre fue considerado por el fujimorismo un buen
primer blanco para demostrarle al gobierno el peso de sus 72 congresistas.
“Keiko pidió la cabeza de Saavedra ni bien se supo que la intención de Kuczynski
era que continuara en el cargo. Keiko está convencida de que Saavedra y gente de
su entorno fueron importantes en la etapa final de la campaña. Por ejemplo, fue
su esposa Cecilia Ames quien trajo los asesores extranjeros Maximiliano Aguilar
y Jordi Segarra”, dice una fuente que pertenece al círculo más estrecho de
Fujimori Higuchi.
A punto de consumar la censura de Saavedra, el fujimorismo ya ha puesto sobre
la mesa el nombre del posible reemplazo. Se trata de Paul Neira Del Ben, un
excandidato fujimorista al Congreso por Lima con el número 36 y jefe del
capítulo Educación del plan de gobierno de Fuerza Popular. La intención de Keiko
Fujimori es clara: tener dentro de su menú de instituciones tomadas al
Ministerio de Educación.
Lanzar a Neira como carta ha sido una jugada bien calculada al interior de
Fuerza Popular, pues resulta que es amigo personal del premier Fernando Zavala.
En la hoja de vida de Neira figura que es educador de la Universidad Católica y
tiene estudios de doctorado en la Universidad de Nueva York. Además, es director
de la ONG Enseña Perú, consultor del Banco Mundial y miembro del Consejo
Nacional de Educación y del Consejo Consultivo de la UPC. En pocas palabras: es
un hombre de perfil muy parecido al saliente Jaime Saavedra, pero con la
camiseta naranja bien puesta. El fujimorismo confía en que PPK ofrezca ahora la
otra mejilla. Y quizá sepan de lo que están hablando.
GOBIERNO CARICATURIZADO
En el fujimorismo habían apostado todas sus cartas a que la mentada “cuestión
de confianza” como medida de presión para salvar a Jaime Saavedra nunca se iba a
producir. “Kuczynski tendría que tener los pantalones para cerrar el Congreso,
después Peruanos por el Kambio –un partido que nunca existió- estaría obligado a
hacer nuevamente campaña y conseguir al menos 66 congresistas para que este
gobierno pueda seguir en marcha. Con Mercedes Aráoz, Guido Lombardi, Gilbert
Violeta, Carlos Moreno y compañía no llegan ni a la esquina”, dice una fuente
fujimorista.
En la guerra contra el gobierno, el fujimorismo no ve al premier Fernando
Zavala con los mismos ojos que al resto de actores. “La orden es: todos los
ministros son censurables, menos Zavala. Al menos por ahora. Él y Keiko son
amigos desde hace más de 10 años. Conversaban mucho cuando él era presidente de
Backus y ella la líder de la oposición del gobierno de Ollanta Humala”, sostiene
un informante, quien añade: “Con Keiko siempre hablamos de que Kuczynski se cree
uno de los borbones. Cómo vas a estar los tres días en la CADE escuchando y
tomando nota de las exposiciones en primera fila. Eso nunca se ha visto en un
mandatario. Y encima se le ocurre cerrar la jornada llevando a todos los
empresarios, el chileno Sebastián Piñera incluido, a un brunch en el buque
“Unión”. Eso es no tener tino político”.
En la dirigencia fujimorista están convencidos de que no tendrán que
esforzarse mucho para dejar en evidencia al presidente. Sus continuos gestos de
frivolidad servirán para atizar una explosión de convulsiones sociales que será
reforzada por la caída en la desaprobación presidencial. Ese será el momento
para que el fujimorismo comience a tocar los tambores para una posible vacancia
presidencial.
APLANADORA CONTRA EL EJECUTIVO
En el plano inmediato el fujimorismo ya tiene en la mira a su próximo blanco
dentro del gabinete Zavala: la ministra de Salud, Patricia García. El sector,
también con un millonario presupuesto, continuamente salpicado por escándalos de
corrupción y con un alto índice de descontento por parte de la población, es un
objetivo fácil de hacer tambalear. El escándalo que generó el exasesor
presidencial Carlos Moreno será sólo el prólogo del capítulo que está por
escribirse.
Esta publicación ha podido conocer que con la titular de Salud el fujimorismo
repetirá la dinámica que utilizaron para trocear de a pocos a Jaime Saavedra:
filtrar una denuncia de su sector, arrinconarla mediáticamente, interpelar y
finalmente forzar la renuncia o la censura.
La orden de Keiko Fujimori a sus operadores en el Congreso es respetar
minuciosamente el reglamento y cuidar las formas para evitar que los
responsabilicen de la inestabilidad política del país. “Somos escrupulosos
fiscalizadores, velamos por los intereses de la población y totalmente
respetuosos de la democracia”, repetían los congresistas de Fuerza Popular esta
semana frente a los micros.
El ministro de Interior, Carlos Basombrío, y el recién nombrado titular de
Defensa, Jorge Nieto Montesinos, también están en la lista de ministros
“censurables”.
El peso político que Nieto ha ganado en los últimos meses no agrada a
Fujimori. “Puede ser un próximo Pedro Cateriano, incluso puede reemplazar a
Zavala como premier en algún momento. Cuando tienes un “mostrito” así es mejor
no dejarlo crecer”, dice un allegado a Keiko Fujimori”.
En un cuadro de trabajo de los asesores de Keiko, Pier Figari y Ana Herz de
Vega, colgado en una pared del búnker fujimorista de la calle Morochucos, hay
una lista con las cifras y los nombres de las veces que un ministro ha tenido
que acudir al Congreso a rendir cuentas al fujimorismo. Son 129 veces las que
los ministros han tenido que presentarse en el Parlamento.
OPERATIVO EN EL CONGRESO
A nivel del Parlamento el fujimorismo alista dos batazos: uno contra la
bancada de gobierno y otro contra sus enemigos más acérrimos. El primero es
suspender por 90 días a Carlos Bruce, vocero de la bancada oficialista, quien
cometió el error de enviar una carta membretada por el Congreso a la Policía
pidiendo resguardo para la inauguración de su nuevo restaurante en la Costa
Verde. El lunes próximo Héctor Becerril presentará la demanda ante la Comisión
de Ética que terminará dejando a Bruce temporalmente fuera del Parlamento.
El segundo golpe apunta a Nadine Heredia. En los próximos días nombrarán al
congresista fujimorista por el Callao, Víctor Albrecht, presidente de la
comisión investigadora de los presuntos actos de corrupción de las empresas
brasileñas en Perú. La misión que Keiko le ha encargado a Albrecht, quien es
cercano a Álex Kouri, es rebuscar al milímetro el “expediente Nadine”.
En el plano legislativo también tienen una agenda bien definida y con un
cronograma que cumplen meticulosamente. La semana entrante el fujimorismo
aprobará dos leyes que les dará atribuciones que no estaban contempladas en la
Constitución: crearán la Procuraduría General de la República, cuyo jefe será
nombrado a partir del próximo año por el Congreso, y promulgarán una ley que
obligue a la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) y al Sistema de
Inteligencia Nacional (SINA) a rendirles cuenta de sus planes operativos. En
pocas palabras, Procuraduría y DINI también serán controladas por el
fujimorismo.
También está en agenda derogar la ley que impide la reelección inmediata a
alcaldes y gobernadores regionales y cambiar la ley orgánica del Tribunal
Constitucional para que todas las sentencias sean vinculantes. También
reformarán el sistema el sistema de elección de los miembros del Consejo
Nacional de la Magistratura (CNM) para que el Congreso tenga un cupo en la
selección.
La cuota populista con miras a las próximas elecciones generales es seguir
creando zonas francas, universidades, nuevos distritos y provincias, dar
facilidades para la titulación de tierras, obligar a pasar a planilla personal
contratado bajo el régimen CAS. Además seguirán “declarando de interés público”
hospitales, pistas y obras de saneamiento, que no es otra forma que obligar al
Ejecutivo a ejecutarlas sí o sí. Los tractores chinos han sido sustituidos por
un buldócer naranja que tiene el motor prendido y el tanque lleno.