LOS TECNICOS SE ALQUILAN - Por JUAN CARLOS VALDIVIA - EL MONTONERO
Columna
Los técnicos se alquilan
22 de Noviembre del 2016
Carecen de
visión de corto plazo y están más preocupados por lo estructural
Uno
de los problemas que se identifica en el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski es la
ausencia de políticos y el exceso de los llamados “técnicos”. Es que en teoría
se buscan administraciones asépticas, liberada de los microbios de la política
partidaria y personajes sin aspiraciones de trascendencia. Esto tiene algunos
beneficios, pero también problemas evidentes.
¿Por
qué se nombra técnicos? Hace un siglo, Víctor Andrés Belaunde decía respecto a
Leguía que se nombraba funcionarios y
no personalidades “que despojan por completo al ministro de su alta investidura
política y de la indispensable independencia personal”. Afirmaba que en ese
entonces los ministros se convertían en meros secretarios porque habían perdido
dos de sus cualidades: su competencia profesional y la inclinación
dimisionaria.
Posteriormente,
otro socialcristiano, Luis Bedoya, en un debate por la elección a la alcaldía de
Lima en la década de los sesenta, reafirmó la necesidad del político —aquel que
toma decisiones, aquel que tiene una visión de la sociedad— con la histórica
frase: los técnicos se alquilan.
Hace
unos días, en sus palabras inaugurales (discurso es mucho decir) ante el CEO
Summit de APEC, el presidente Kuczynski se quejaba de que los opinólogos decían
que no sabían a dónde iba su gobierno. “Claro que sabemos a dónde vamos” afirmó.
Entonces, cuando se esperaba una explicación del modelo de sociedad a la que
aspiraba, paso a otro tema. La duda se mantuvo.
Hay
que decir que los técnicos no son impolutos. Los hay de derecha y también de
izquierda. Los que creen solo en el mercado, y los que defienden el rol del
Estado como regulador. Y el presidente Kuczynski los ha escogido en la medida
que se adapten a su estilo. Entonces, ¿Cuál es el problema con los técnicos en
este gobierno? Que carecen de visión de corto plazo. Como buenos técnicos, están
preocupados de las grandes transformaciones, de resolver los problemas
estructurales, de las reformas de segunda generación.
Las
metas de corto plazo no están dentro de su planeamiento estratégico. Los
problemas cotidianos les son ajenos. El premier y sus ministros se exhiben en el
transporte público, pero en horas donde el flujo de pasajeros es menor. Pero por
lo general los vemos movilizándose con autos de protección y motos que los
liberan de la congestión vehicular, mientras los ciudadanos sufrimos por el
mismo tráfico y por la ausencia de policías en las calles. Los hospitales
públicos están desabastecidos, pero vamos por cuatro meses de gestión y el
problema no se resuelve; hasta que se tenga una solución integral. ¿Cuánto
tiempo? El que sea necesario. Los precios en los mercados suben, y entonces se
da una respuesta técnica, sin entender que políticamente cualquier incremento de
precios afecta la popularidad de los gobiernos.
Lo
cotidiano no necesariamente se contrapone al largo plazo. Los gobiernos deben
responder a las urgencias de la población. No hay que olvidar que se atribuye a
un economista grato para PPK, John Maynard Keynes, la frase: “A largo plazo,
todos estaremos muertos”.